Mariela Ayala es una mujer que reside en Argentina, quería algo especial para sus cumpleaños así que decidió autorregalarce una liposucción que estaba en “promoción”.
“Busqué por Internet cirujanos y di con un doctor que me ofreció una promoción por mi cumpleaños: además de sacarme la grasa de la panza me ponía el excedente en la cola”, cuenta Mariela Ayala.
Luego de realizarse el procedimiento la mujer salió el mismo día de la “clínica”, ya en su residencia la mujer empezó a presentar dolores.
“El dolor se volvió insoportable. No podía caminar y volaba de fiebre. Le mandé un mensaje al médico, le dije que no aguantaba más. Pero no me respondió así que llamé a una ambulancia”, cuenta Mariela.
Una vez la mujer llego al hospital de su ciudad, le dijeron que tenía una infección grave en sus piernas y que debía ser intervenida inmediatamente, ante esta situación la mujer desmayó en el instante.
Mariela despertó 10 días después, con la gran sorpresa que le faltaba la mitad de su pierna derecha.
Los doctores le contaron que había sufrido un choque séptico y que estuvo tan mal que llegó incluso a estar al borde de la muerte. Para salvarla tenían que amputarle ambas piernas, un brazo y una mano. Por fortuna para ella, un antibiótico hizo efecto y solo tuvieron que cortar la pierna derecha.
“Cuando vi que me faltaba la pierna lloré, grité y dije que prefería morir a eso. Pero con el apoyo y la contención de mi familia y amigos de a poco empiezo a salir adelante”, afirmó Mariela.
Ahora sin una pierna, Mariela inició un proceso judicial en contra del médico que la operó.
Según Gabriel Van Kemenade, abogado de la mujer, el médico actuó con dolo por la ligereza con la que realizó la cirugía: ella consultó un día y a la semana la estaba operando.
“Además, abusó de cierta posición ´dominante´ y convenció a mi clienta para que, además de la lipo, se hiciera una segunda intervención de alto riesgo”, indicó.